Desde el comienzo de los tiempos incontables mortales se han destacado del resto llevando a cabo admirables hazañas que los han convertido en iconos importantes para la sociedad, sociedad la cual ha crecido y evolucionado gracias a estas personas. Inevitablemente tuvieron que abandonar nuestro mundo, pero sus actos han marcado a la población y así surgieron seguidores que mantuviesen vivas las ideas por las que tanto han luchado. Pero de la misma forma que han existido héroes, también han existido villanos, y es que el bien no puede sobrevivir sin una pizca de maldad y viceversa. Hace miles de años la gente no se cuestionaba el por qué de las cosas pensando que era lo correcto, sin embargo, en cientos de rebaños de ovejas siempre puedes encontrar una con lana negra. En un principió, por la supervivencia, más adelante, por la gloria. Hoy en día no es difícil encontrar a alguien que deseé un hueco en la historia gracias a acciones llevadas a cabo en el pasado.
Quieren gloria, quieren poder, triunfar en lo que otros fracasaron. ¿Pero qué tanta verdad puede haber en lo ocurrido hace siglos? La gente inventa cosas, o las exagera y muchos han perecido creyéndolas. Los sueños de grandeza pueden ser más mortíferos que el ataque de un dragón. Aunque es cierto que para algunos una estatua en su honor no quedaría mal, la adoración de la gente, que sus actos hayan enseñado algo a las futuras generaciones, una canción oída en todas las tabernas de Tamriel cantadas por los mejores Bardos... Bardos... si lo piensas debe ser triste vivir a la sombra de otra persona, cómo saber si realmente lo que emociona a los espectadores es tu voz o lo que sea que haya realizado el protagonista de tu canción. ¿Viene la gente a oírte cantar, o solamente quieren rememorar algo? Recuerdo a la perfección a un joven Bardo que pensaba de esta forma, deseaba cantar sobre si mismo y no sobre otros. Ser el recordado, no el que recuerde.